domingo, 4 de agosto de 2013

Querida Clara

Llevaba en mi mano la carta que había escrito de puño y letra unos minutos antes en el asiento de la plaza. Todavía estaba acongojado por los hechos de la última semana. Una opresión el en pecho no me dejaba respirar. Traté de ser conciso. Quería que supiera que a pesar de lo trágico,no quería buscar culpables. No era lo mejor en este momento. Éramos todos y a la vez no lo era nadie, así trataba de verlo para que mi alma deje de sufrir. La releo nuevamente  mientras camino al lugar donde la pienso dejar.
"Querida Clara:
Se que nunca más voy a verte, pero me parece que como todo quedó inconcluso,la única forma de decirte aquello que no pude hacer personalmente es de esta forma, por medio de una carta. Las cosas no tendrían que haber pasado así, pero pasó y hoy todos lloramos por eso. El camino que creímos correcto nos llevó a cometer el peor error de nuestras vidas. Lo único que aprendimos es que no siempre es bueno hacerle caso al corazón. Nadie ganó. Ni yo,ni tu marido y mucho menos vos. Quiero que sepas que, pese a todo, seguís teniendo mi corazón. Donde sea que estés,sé que en algún momento vas a leer esta carta.Te Amo. Sergio."
Corto pero claro. La doblé y la puse en el bolsillo de mi camisa. Caminé varias cuadras hasta llegar al lugar donde la dejaría. Crucé el enorme portón de metal  y apareció ante mi un enorme espacio verde. Grandes árboles aislados y mucho césped le daban,paradójicamente, vida a ese lugar .Hermoso y triste a la vez. Las angostas calles internas hacían extraños dibujos,como una especie de sencillo laberinto. Pese a lo apenado que me sentía,la paz del lugar hacía un poco más confortable mi camino. Cuando llegué, un gran árbol hacía sombra sobre él lugar que buscaba. Me arrodillé sobre el pasto aún húmedo por el rocío y con lágrimas en los ojos apoyé la carta en el frío mármol blanco de la lápida. Esta quedó rodeada de algunas flores ya marchitas. Me quedé en silencio pensando,mirando la hermosa frase que habían puesto sus seres queridos bajo su nombre. Rompí en llanto . Eso no debería haber pasado y yo no podía no sentirme culpable. Nunca más iba a verte Clara, y era mi culpa.
Me levanté todavía compungido y me fui por el mismo camino que vine. Salí del cementerio y me quedé en la vereda,sentado en un asiento frente a un local de flores y mirando a través de las rejas el lugar donde había estado hacía un momento. 
Sabía que la iba a leer,no sabía cuando, pero estaba plenamente convencido de que lo haría.
Eché mi cuerpo hacia atrás mirando el cielo y maldiciendo el momento en que me enamoré de ella. 
Finalmente,respiré hondo, me paré y me fui pensativo y triste a mi casa. El resultado de mi capricho había sido fatal: mi hermano muerto,y mi Clara...mi cuñada y amada Clara,asesina y prófuga de la justicia. Pese a todo, yo la seguía amando. 
                                                                                                                        FIN

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