domingo, 8 de febrero de 2015

Visita

La mujer sonreía feliz. 
Con firmeza toma la pava y le ceba un mate,sin quitarle la vista de encima a los ojos marrones de su hijo.
-"¿Y los chicos?",preguntó.
-"Bien, bien...", le contestó escuetamente, sabía que era una de esas preguntas que suelen hacerse cuando se quiere romper el silencio.
-"Te extrañan...todos te extrañamos mucho", dijo completando la respuesta.
-"Yo también...no te das una idea de cuánto". La sonrisa se mantenía aunque había adquirido un cierto dejo de tristeza.
-"Me gusta este lugar...es lindo". El muchacho cambió de tema rápidamente mientras observaba a su alrededor. Colores vivos,casi surrealistas, parecían envolverlos en aquel pequeño pero acogedor lugar.
-"¿Viste? lo decoré especialmente para vos...",. Los dos rieron por la broma.
-"A los chicos les encantaría este lugar..."
La mujer lo miró con complicidad. -"De hecho...si, les gusta mucho, aunque la decoración es diferente". 
Él la observó con incredulidad mientras afirmaba con la cabeza,divertida. 
-"Les encanta estar acá...jugamos...me cuentan sus cosas. ¡No sabés como nos reímos!". 
Él se  acercó y le dio un fuerte abrazo,besándola en la mejilla.
-"¡Te extraño tanto,vieja!". Y se aferró a su cuello como cuando era un niño. No la soltó, sabía que no tenía mucho tiempo. 
-"Te espero cuando quieras,ya sabés donde encontrarme...".
La miró y vio que ella también tenía los ojos llenos de lágrimas. 
Por un momento se quedaron en silencio, sabían que el tiempo se acababa. Y efectivamente el tiempo se acabó.
El despertador estaba sonando. 
                                                                                                              FIN